martes, 2 de septiembre de 2008

Libres para educarse

Educación en Contexto de Encierro

Poco tiempo atrás, internos del penal Julio Herrera de nuestra provincia, iniciaron incidentes para reclamar el derecho a educarse. Ante la existencia de un EGB 1 y 2 y de un Polimodal dentro de las instalaciones, los asistentes a las aulas pidieron que no se les cercene el derecho a continuar educándose ya que no se había instalado todavía el EGB 3. Consideraban que se les negaba un derecho que les permitiría la reinserción social proclamada.
La resolución del conflicto fue ejecutiva, ya que las políticas de educación para las personas que se encuentran en situación de encierro por razones judiciales o de abandono, están siendo programadas de un tiempo a esta parte, por varios actores gubernamentales y sociales, acentuadas con las últimas decisiones de la política educativa.
Hace unos años ya funciona en el ámbito del Penal Julio Herrera, la Escuela de EGB Nº 43 y el Polimodal CENS 50, con un creciente número de alumnos que llegan casi a los 100 internos en el EGB, y más de 150 personas completando el Polimodal. Estos números obligaron a repensar la asignación de espacios y abrir un contraturno ya que las aulas estaban desbordadas.
Los internos acceden a las aulas con dos objetivos: por un lado, aquellos que inician aprendizajes que les permiten “tolerar” el tiempo de detención, mediante la capacitación en oficios y posterior producción, hecho que además logra conseguir un ingreso para enviar a sus familias. Por otro lado, un gran número de ellos busca completar sus estudios, como un cambio de vida y la posibilidad de acceder a mejores puestos de trabajo al final de su condena. Esperan que esta formación les permita la reinserción social anhelada y solicitada por toda la sociedad, pero también que les aporte una nueva imagen ante si mismos y ante la sociedad, fortaleciendo su autoestima y la generación de opciones de vida diferentes.

Acompañamiento social

La educación como solución de temas vinculados a la seguridad pública, la reducción de la marginalidad y la reinserción de las personas a la sociedad es un tema recurrente en los análisis del escritorio como del café público. Instituciones no gubernamentales fueron las primeras en acercarse a los lugares de detención a estimular prácticas educativas, las cuales siempre fueron bien recibidas por los internos porque se convertían en su “espacio de libertad” tal cual ellos mismos lo definen. El Estado fue poco a poco advirtiendo que debía comprometerse en esta tarea, ya que daba los beneficios esperados y lograba alcanzar los objetivos solicitados desde la sociedad.
Resta saber, si esta misma sociedad que exige determinados saberes para la vida pública, acepta y da trabajo finalmente a las personas que en algún momento de su vida han soportado una condena. Si la sociedad aprende también a admitir a estas personas como seres que han buscado un cambio y desea darles la oportunidad que son solo se merecen, sino además necesitan para que los esfuerzos de si mismos y de las instituciones no haya sido en vano.

Planes para la libertad

Entre las nuevas modalidades de trabajo de la política educativa, se destaca la creciente organización de un sector que busca consolidar el derecho a educarse como manera de recuperar la libertad perdida o negada. La “educación en contexto de encierro” es aquella pensada y planificada para internos de cárceles, hogares de menores, sala-cuna, reformatorios y comisarías de minoridad y familia. Esta nueva modalidad recuperó el trabajo de instituciones no gubernamentales y buscó la planificación y validación oficial, no solo a los que trabajan como educadores dentro de las mismas sino además la certificación de títulos para que la educación otorgada se eficiente en la reinserción social.
En el ámbito del Ministerio de Educación de la provincia, ya se encuentra trabajando una coordinación para esta área, en permanente interacción con otras áreas gubernamentales, como Trabajo, Salud, Desarrollo Social, etc. Que permitan prácticas educativas eficientes y con trabajo a largo plazo.
Esta coordinación reúne a los directores del EGB y del Polimodal de la cárcel, además de técnicos en educación de adultos y otros especialistas, quienes hace unos días estuvieron presentes en capacitaciones concretadas en Buenos Aires, ya que se trata de una política educativa que será apoyada en la nueva ley de educación.
Esta nueva política para el sector incluye la necesidad de lograr la certificación real de los estudios, como verdadero movilizador social. Sin un titulo certificado oficialmente, el esfuerzo será vano y solo sumará una frustración para la persona con resultados no positivos.
Esta área era olvidada hasta hace poco tiempo. Desde el año 2005 tomó nueva fuerza y logró ser incorporada en el marco de la nueva ley, con normativa dirigida a lograr esfuerzos interministeriales, sumando a organizaciones de la sociedad civil. Instituciones y oficinas diversas que aportan su mirada y experiencia sobre el tema, ampliando el campo de posibilidades a brindar. Este esfuerzo de trabajo en equipo también se realiza para adquirir maquinaria, elementos e insumos necesarios para las diferentes capacitaciones, a fines de superar lo meramente teórico y lograr capacitaciones sólidas.
La sociedad reclama insistentemente que la educación sea la solución a diferentes situaciones surgidas de la marginalidad y el abandono. Este esfuerzo de la educación por parte de educadores y educandos es un “espacio de libertad” tal como lo definen, pero también es un espacio de esperanza para la sociedad. El derecho a la educación es inalienable, pero también el derecho a una nueva oportunidad. Este último derecho es una decisión que tomamos todos como sociedad, sin mirar atrás, nada mas que para ver que todo es un aprendizaje positivo si se trata de construir una sociedad mas justa.

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