miércoles, 3 de septiembre de 2008

RELATOS PEDAGÓGICOS: ARTE EN COMÚN II

VICTOR

Autores Mirtha Maturano. Escuela Especial “Vida Nueva” Nº 6 de Santa Maria

“Cierro los ojos y veo a Víctor escondiendo su vergüenza con el cuello de su campera y con el temor de afrontar su vida”…En el año 1992 estaba en la Ciudad Capital de la Provincia de Catamarca, pero quería volver a trabajar en mi ciudad natal, Santa Maria. Me dirigí varias veces al Consejo de educación para ver si había algún cargo disponible, cuando me comunicaron que había uno, no lo pensé dos veces y en el mes de abril estaba trabajando en la Escuela Especial Nº 6, como maestra de grupo. Tenía a mi cargo siete alumnos con diferentes discapacidades (moderadas y leves). Entre ellos estaba Víctor, con una edad cronológica de 18 años, discapacitado mental, con una escoliosis pronunciada, además no cuenta con el oído izquierdo, y presenta un problema de lenguaje acentuado. Era un alumno callado, las pocas veces que se comunicaba era para demostrar su disconformidad con su discapacidad, las veces que salía con el grupo él se aislaba de sus compañeros. Tenia una campera que no se la sacaba en ningún momento, pues levantaba el cuello de la misma y con eso disimulaba su discapacidad.Víctor venia con un antecedente negativo por parte de las docentes; una de ellas lo maltrataba, Víctor sufría mucho y al jubilarse ésta seguía sintiendo rechazo hacia las docentes que le sucederían. Fueron pasando los días y de a poco me hice conocer, demostrando que estaba allí para darles a todos mis alumnos mi cariño y mi comprensión, en especial a Víctor.En esa oportunidad, mi hermano estaba como Secretario de Cultura, tenía a sus cargos artesanos que trabajaban en cerámica, telares y simbol (planta silvestre). Le pedí si podía enviar a la Escuela a uno de ellos para que les enseñara a mis alumnos, la respuesta no se hizo esperar, entre los postulantes estaba un artesano que trabajaba en simbol: Solano Condorí. En un primer momento Solano dudó un poco, pues nunca había enseñado, y más aun a jóvenes con discapacidades. Le comenté que no era difícil, lo único que debería poner era un poco de amor y paciencia en la tarea y todo saldría bien y así empezó su tarea en el mes de agosto, asistiendo a la escuela tres veces a la semana. En ese momento la materia prima (simbol) fue donada por la “Casa de la Cultura”.Fueron momentos muy gratos, pues empezó enseñando a realizar la “base”, que es un entrecruzamiento de los tallos de simbol y es un poco difícil porque es el inicio de cualquier artesanía.Dentro del grupo había alumnos con discapacidades leves, supusimos entonces que aprenderían mas rápido; grande fue mi sorpresa cuando reparé en el interés que ponía Víctor a las explicaciones del artesano Solano Condorí.Los primeros trabajos fueron unas hermosas paneras que ofrecimos a los negocios, de esta manera adquiríamos dinero para comprar la materia prima que se consigue en el Departamento de Quilmes (prov. de Salta).Fueron pasando los meses y llegó el último día de clases y los alumnos expusieron los trabajos. Fue un momento muy agradable, pues Víctor se sentía satisfecho por lo que había aprendido. Solano muy emocionado agradecía porque demostró, y se demostró a sí mismo, que es posible enseñar a jóvenes que presentan alguna discapacidad, y que trabajando con amor se pueden lograr muchas cosas. Le agradecí a Solano la buena voluntad y el cariño que puso para llegar a los espíritus de estos seres tan especiales.A partir de ese momento empecé a acompañar a Víctor a la “Casa de la Cultura” para que siguiera practicando esa artesanía. En el mes de enero, advertí que ya podía dejar solo a Víctor, porque ya lo notaba seguro hasta en la forma de vestirse, me venia a buscar a mi casa con una camisa impecable, sin la campera.Sin embargo fue muy duro para mí, cuando me vino a buscar y tuve que decir a mis familiares que le comunicaran que yo no estaba…esto lo hacia para permitir que Víctor pudiese emprender este camino solo.Víctor dudo un poco, hasta que tomó fuerza y se fue solo. Me quedé llorando, pero sabia que lo que estaba haciendo era lo mejor para mi alumno.Fue pasando el tiempo y Víctor cada vez mejoraba en la practica de los trabajos en simbol, de la panera pasó a realizar canastos de diferentes tamaños y muchos otros objetos, cada vez más complejos.Los padres y hermanos de este joven periódicamente viajaban a la ciudad Tucumán a trabajar en la cosecha de la caña de azúcar, esa actividad era la única que les permitía traer algo de dinero para su hogar. Pero luego Víctor empezó a enseñarles, tanto a sus padres como a sus hermanos esta hermosa artesanía, a partir de allí, en años siguientes sus padres ya no viajaban a Tucumán, pues lograron instalar un Taller en su casa el mismo tiene un cartel en la puerta que dice “VICTOR ESCALANTE ARTESANO”.Hoy es uno de los artesanos más prestigiosos que tiene Santa Maria, participa en diferentes exposiciones dentro y fuera del departamento. Su familia genera sus propios ingresos vendiendo sus artesanías (canastos con tapas de diferentes formas y tamaños, botellas forradas, paneras, etc.) Recibió el premio “YOCAVIL”, reconocimiento que se les otorga a personas que se destacan en alguna actividad; él mismo habló ante el público, agradeciendo principalmente a sus padres y lo más emocionante para mi…a su señorita “Mita” (Mirtha). Fue un momento increíble, el ver a ese joven realizado como una persona de bien.En la actualidad trabaja ad-honorem en el Instituto “Niño de Praga” (taller para niños y jóvenes discapacitados) enseñando artesanía en simbol a jóvenes con discapacidades leves.Hoy siento que Víctor fue puesto en mi camino para sentirme viva y doy gracias a Dios por haber sido útil, y se que la existencia de muchos “Víctor” solo necesita un poco de nuestro amor, de nuestro cariño, de nuestra paciencia.¡Gracias Víctor por existir!“Abro los ojos y veo a Víctor tejiendo en simbol día a día el futuro que le espera como artesano de su propio destino”.

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